Acerca de Tetuán
Lugar de encuentro para muchas civilizaciones y culturas (bereber, griega, fenicia, romana, árabe, andalusí, española y europea) y también de religiones (cristiana, judía y musulmana), Tetuán es una ciudad muy acogedora. Situada en la costa mediterránea y rodeada de las montañas del Rif, fue apodada la paloma blanca por poetas árabes, la hija de Granada por los andalusíes y la pequeña Jerusalén por los Judíos.
Tetuán se ubica a sólo 60 km de Tánger y de sus infraestructuras portuarias y aeroportuarias internacionales: Aeropuerto Internacional Ibn Batouta, Puerto Tánger ciudad (conexión con Tarifa), Puerto Tánger-Med conexiones con: Algeciras, Barcelona y Motril, Gibraltar, Sète, Génova – Savona. Tetuán también dispone de su propio aeropuerto (Saniat Rmel) y recibe unos cuantos vuelos directos desde Madrid, Málaga, Sevilla, Alicante, Marsella y Bruselas.
La ciudad de Tetuán está rodeada de majestuosas montañas y goza de un clima muy agradable (temperaturas entre 5 ° en invierno y 30 ° en verano). Con sus hermosas playas de arena blanca, Tetuán es la estación balnearia marroquí por excelencia.



El casco antiguo de Tetuán
El casco antiguo de Tetuán o Medina, clasificado por la UNESCO Patrimonio Cultural Mundial desde 1978, es un precioso laberinto salpicado de pequeñas plazas, zocos y edificios del siglo XV construidos por los refugiados andalusíes. Estos mismos refugiados andalusíes (musulmanes y judíos), trajeron con ellos una sofisticación, refinamiento y tradición aristocrática que todavía se refleja en la arquitectura de la Medina.
Sus casas, llenas de detalles extravagantes, son muy diferentes de las casas de otras ciudades marroquíes, y su arquitectura es bastante cercana a la de los barrios árabes de Córdoba y de Sevilla.
A principios del siglo pasado, el vínculo con España se vio reforzado por la colonización, convirtiéndo a Tetuán en la capital del protectorado español en Marruecos. Aunque el francés es el segundo idioma utilizado en Marruecos (después del árabe), el español todavía se habla ampliamente en Tetuán. Como recuerdo de su pasado español, Tetuán perpetúa, particularmente, la cocina ibérica así como los famosos paseos veraniegos de noche.